In response to attention received by recent comments by Pope Benedict XVI on the use of condoms to combat AIDS, Vatican spokesman Father Frederico Lombardi, SJ, has issued the following clarification, which we've included in English and Spanish.
NOTE BY FR. LOMBARDI CONCERNING A NEW BOOK ON THE POPE
VATICAN CITY, 21 NOV 2010 (VIS) - Given below is the text of a note issued by Holy See Press Office Director Fr. Federico Lombardi S.J. concerning certain remarks by the Pope on the use of condoms, which appear the new book "Light of the World".
"At the end of chapter eleven of the book 'Light of the World' the Pope responds to two questions about the battle against AIDS and the use of condoms, questions that reconnect with the discussions that arose in the wake of certain statements the Pope made on this subject during the course of his 2009 trip to Africa.
"The Pope again makes it clear that his intention was not to take up a position on the problem of condoms in general; his aim, rather was to reaffirm with force that the problem of AIDS cannot be solved simply by distributing condoms, because much more needs to be done: prevention,
education, help, advice, accompaniment, both to prevent people from falling ill and to help them if they do.
"The Pope observes that even in the non-ecclesial context an analogous awareness has developed, as is apparent in the so-called ABC theory (Abstinence - Be Faithful - Condom), in which the first two elements (abstinence and fidelity) are more decisive and fundamental in the battle against AIDS, while condoms take last place, as a way out when the other two are absent. It should thus be clear that condoms are not the solution to the problem.
"The Pope then broadens his perspective and insists that focusing only on condoms is equivalent to trivialising sexuality, which thus loses its meaning as an expression of love between persons and becomes a 'drug'. This struggle against the trivialisation of sexuality is 'part of the great effort to ensure that sexuality is positively valued and is able to exercise a positive effect on man in his entirety'.
"In the light of this broad and profound vision of human sexuality and the problems it currently faces, the Pope reaffirms that 'the Church does not of course consider condoms to be the authentic and moral solution' to the problem of AIDS.
"In this the Pope does not reform or change Church teaching, but reaffirms it, placing it in the perspective of the value and dignity of human sexuality as an expression of love and responsibility.
"At the same time the Pope considers an exceptional circumstance in which the exercise of sexuality represents a real threat to another person's life. In such a case, the Pope does not morally justify the disordered practice of sexuality but maintains that the use of a condom to reduce the danger of infection can be 'a first act of responsibility', 'a first step on the road toward a more human sexuality', rather than not using it and exposing the other person to a mortal risk.
"In this, the reasoning of the Pope certainly cannot be defined as a revolutionary change.
"Many moral theologians and authoritative ecclesiastical figures have supported and support similar positions; it is nevertheless true that we have not heard this with such clarity from the mouth of the Pope, even in an informal and non-magisterial form.
"Thus Benedict XVI courageously makes an important contribution to help us clarify and more deeply understand a long-debated question. His is an original contribution, because, on the one hand, it remains faithful to moral principles and transparently refutes illusory paths such as that of 'faith in condoms'; on the other hand, however, it manifests a comprehensive and farsighted vision, attentive to recognising the small steps (though only initial and still confused) of an often spiritually- and culturally-impoverished humanity, toward a more human and responsible
exercise of sexuality".
OP/
VIS 20101122 (630)
NOTA DEL DIRECTOR DE LA OFICINA DE PRENSA SOBRE LAS PALABRAS DEL PAPA EN EL LIBRO "LUZ DEL MUNDO", EN RELACIÓN CON EL USO DEL PROFILÁCTICO
CIUDAD DEL VATICANO, 22 NOV 2010 (VIS).-Sigue la nota del padre Federico Lombardi, S.I., director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede sobre las palabras del Santo Padre en el libro "Luz del mundo" sobre el uso del profiláctico.
"Al final del capítulo 11 del libro "Luz del mundo", el Papa responde a dos preguntas sobre la lucha contra el SIDA y el uso del preservativo, preguntas que se refieren a la discusión que siguió a algunas palabras que pronunció sobre el tema durante su viaje a África en 2009.
El Papa reafirma claramente que en esa ocasión no quiso tomar posición sobre el tema de los profilácticos en general, pero quiso afirmar con decisión que el problema del SIDA no puede resolverse sólo con la distribución de profilácticos, porque hay que hacer mucho más: prevenir, educar, ayudar, aconsejar, estar cerca de la gente, sea para que no caigan enfermos como cuando están enfermos.
El Papa observa que incluso en ámbito no eclesial se ha llegado a una toma de conciencia similar, según se desprende de la teoría del llamado ABC (Abstinence-Be Faithful-Condon) en la que los dos primeros elementos (abstinencia y fidelidad) son mucho más cruciales y fundamentales para la lucha contra el SIDA, mientras que el profiláctico está en último lugar como recurso, cuando faltan los otros dos. Por lo tanto, debe quedar claro que el profiláctico no es la solución al problema.
El Papa amplía después su mirada, e insiste en el hecho de que concentrarse sólo en el preservativo equivale a banalizar la sexualidad, que pierde su significado como expresión de amor entre las personas y se vuelve como una "droga". La lucha contra la trivialización de la sexualidad forma parte "del gran esfuerzo para que la sexualidad se valore positivamente y
ejerza su efecto positivo sobre el ser humano en su totalidad".
A la luz de esta visión amplia y profunda de la sexualidad humana y de su problemática actual, el Papa reafirma que "naturalmente la Iglesia no considera que los profilácticos sean la solución auténtica y moral" del problema del SIDA.
Con todo ello, el Papa no reforma ni cambia la enseñanza de la Iglesia, sino que la reafirma, colocándose en la perspectiva del valor y la dignidad de la sexualidad humana como expresión de amor y responsabilidad.
Al mismo tiempo, el Papa considera una situación excepcional en que el ejercicio de la sexualidad representa un riesgo real para la vida del otro. En este caso, el Papa no justifica moralmente el ejercicio desordenado de la sexualidad, pero cree que el uso del profiláctico para reducir el riesgo de contagio sea "un primer acto de responsabilidad", "un primer paso en el camino hacia una sexualidad más humana", en vez de no utilizarlo exponiendo al otro a un riesgo para su vida.
En este sentido, el razonamiento del Papa ciertamente no puede definirse como un cambio revolucionario.
Numerosos teólogos morales y notables personalidades eclesiásticas han sostenido y sostienen posiciones análogas; es cierto, sin embargo, que todavía no las habíamos escuchado con tanta claridad en boca del Papa, aunque haya sido de forma coloquial y no magisterial.
Por lo tanto, Benedicto XVI aporta con valor una contribución importante a la clarificación y profundización de una cuestión largamente debatida. Es una contribución original, porque por una parte confirma la lealtad a los principios morales y demuestra lucidez a la hora de rechazar un camino ilusorio como "la confianza en el preservativo"; por otra, pone de manifiesto una visión comprensiva y de amplias miras atenta a descubrir los pequeños pasos -aunque iniciales y todavía confusos- de una humanidad a menudo espiritual y culturalmente muy pobre, hacia un ejercicio más humano y responsable de la sexualidad".
OP/
VIS 20101122 (660)
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