Thursday, October 18, 2012

Los Cincuenta Años Del Concilio: Pronunciamientos del Concilio Vaticano II sobre la Palabra de Dios

Bienvenidos a una de las series de los blogs sobre el Concilio Vaticano II. Cada nota examina uno de los 16 documentos producidos por los Padres del Concilio durante esa ocasión extraordinaria en la historia de la Iglesia. El Vaticano II, que unificó a los obispos del mundo, se fundó hace cincuenta años, el 11 de Octubre de 1962, en la Basílica de San Pedro.

(Photo courtesy Catholic News Service)


No todos los documentos son creados iguales. De los 16 que el Concilio Vaticano Segundo produjo, solo dos llegaron a ocupar el lugar más destacado en la Constitución Dogmática con respecto a la religión.  Ellos son Lumen Gentium (sobre la Iglesia) y Dei Verbum (sobre la Palabra de Dios).

En Dei Verbum (DV), los Padres del Concilio respondieron a malentendidos comunes sobre la Iglesia y la Biblia.  Los siguientes cinco puntos muestran como contestaron a estos retos que les presentaba el mundo.

1. La Tradición: Las personas preguntan con frecuencia por qué la Iglesia pone su fe en la Tradición, especialmente cuando ésta no se encuentra en la Biblia.  Dei Verbum enseña que antes de que la Palabra fuera escrita (la Sagrada Escritura), ésta fue predicada y vivida. La Iglesia llama Tradición a las enseñanzas y las acciones de los Apóstoles. La Sagrada Escritura y la Tradición no se pueden separar; están entrelazadas y unidas pues las dos son expresiones de Cristo (cf. DV 7-10).  Sin embargo, no se pueden interpretar por sí mismas, y por eso la Tradición y la Sagrada Escritura tienen también a los Obispos, como sucesores de los Apóstoles, para que las interpreten.  Dei Verbum nos ofrece un trípode: Sagrada Tradición, Sagrada Escritura y Magisterio, que “están tan entrelazados y unidos entre sí, que no tienen consistencia el uno sin el otro” (DV 10).  Juntos conducen eficazmente a la salvación en Dios.

2. La DV afirmaba que la Biblia es inspirada por Dios y por lo tanto no tiene error.  Algunos estudiosos de la Biblia han tratado de entender nuestro mundo utilizando solamente el poder de su mente humana, dejando fuera la fe o lo sobrenatural – y de forma efectiva manteniendo a Dios al margen de la creación y del cielo.  Buscan en la Biblia explicaciones “naturales” a cualquier mención de sucesos “sobrenaturales”.  DV declara que toda la Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento incluidos, fue “escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo”.  Por lo tanto, tienen a “Dios como autor”, (DV 11) quien actúa de forma sobrenatural. DV afirma que la Biblia debe ser leída con la fe al igual que con la razón, y que la Biblia enseña “con fidelidad y sin error”,  y nos es dada “para nuestra salvación” (DV 11). 

3. Aceptando la Sagrada Escritura con humildad y la DV: Así como Dios se humilló a sí mismo para hacerse hombre en todo, excepto en el pecado, así también la Palabra se humilló para ser escrita en un lenguaje humano pero sin error (DV 13).  La presencia humilde de Dios por medio de Jesús es comparada a la presencia humilde de Dios en la palabra escrita.  Las dos requieren fe para ver lo divino en lo humano.  Esto quiere decir que, al igual que las personas sin fe no reconocieron a Jesús como el Hijo de Dios, hoy las personas sin fe tampoco reconocerán a la Biblia (por su naturaleza humilde) como inspirada por Dios y escrita sin error.

4. Quizás el hecho más relevante de la DV es que declara que en la Biblia la verdad está expresada de acuerdo al  “estilo literario” de cada libro o cada parte.  La verdad histórica estará expresada de diferente forma a la verdad profética o a la verdad poética, y estos “estilos” son el resultado del “tiempo y la cultura” de la época en la que fueron escritos. (DV 12).  La DV también expone que cada línea de la Sagrada Escritura debe ser entendida con relación a la Biblia como un conjunto, así como en relación a toda la Santa Tradición de la Iglesia.  La Biblia es una unidad.

5. Finalmente, DV muestra su deseo para el diálogo y la evangelización cuando alienta a que se traduzca la Biblia para los que no son católicos y hasta para los que no son cristianos, y aconseja que esas traducciones deben incluir notas que expliquen los versículos bíblicos de acuerdo a los antecedentes religiosos de los que las lean. (DV 25).

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Anthony Taylor, Obispo de Little Rock, Arkansas, es miembro del Subcomité de Traducciones de las Escrituras de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.

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