Wednesday, May 1, 2013

El Camino a la Vocación: Joseph Laracy



Por Joseph R. Laracy, Diácono Transicional, Arquidiócesis de Newark

Recuerdo estar abierto al sacerdocio en el octavo grado. En la secundaria, sin embargo, invertí mi tiempo en los estudios, actividades extracurriculares, trabajos a medio tiempo, y una vida social, dejando la idea del sacerdocio desvanecerse. Sin embargo, mientras estudiaba en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign y luego en MIT, mi fe maduró y comencé a escuchar el llamado de Dios nuevamente.

En Illinois, profundicé mi fe a través del Newman Center y los cursos ofrecidos ahí. Volví a practicar el sacramento de la reconciliación y comencé a escuchar la voz del Señor más claramente. Luego de experimentar fuertemente el llamado de Dios al sacerdocio al final de mis años en la universidad, comencé un periodo de oración y discernimiento. En el otoño del 2007, consideré que era tiempo de entrar al seminario y el Arzobispo John Myers me aceptó para la Arquidiócesis de Newark. El me asignó al Seminario Immaculate Conception en la Universidad Seton Hall para un programa de introducción a teología enfocado en filosofía eclesial, latín, y griego bíblico. En Diciembre del 2008, se me presentó la oportunidad de continuar los estudios teológicos en Roma y en el 2009, entré al Pontifical North American College (NAC) y me inscribí en el programa de teología del Pontifical Gregorian University.

El tiempo que he pasado en NAC realmente me ha ayudado a crecer espiritualmente. Mientras espero ser ordenado, mi mayor deseo es manifestar el amor de Dios y la compasión a aquellos que estén bajo mi cuidado pastoral. Quiero estar disponible para el sacramento de la Reconciliación. Con mi experiencia en las ciencias naturales, espero continuar escribiendo sobre la armonía de nuestra fe Cristiana y la ciencia contemporánea. Me siento bien preparado para ser sacerdote diocesano con mi experiencia de formación en el seminario y mis asignaciones en Caridades Católicas, un asilo, un hospital, una universidad y dos parroquias.

Mi visión para el sacerdocio ha sido moldeada por sacerdotes fieles que han sido parte de mi vida y por la teología del sacerdocio expresada en la Carta a los Hebreos: “Cada sacerdote es tomado de entre los hombres y hecho su representante ante Dios, para presentar sus ofrendas y sacrificios por sus pecados. Es capaz de comprender a los ignorantes y a los extraviados, pues también lleva el peso de su propia debilidad; por esta razón debe ofrecer sacrificios por sus propios pecados al igual que por los del pueblo. Pero nadie se apropia esta dignidad, sino que debe ser llamado por Dios como lo fue Aarón”. (Hebreos 5:1-4)

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