Oración del campesino para la era moderna

Por la hermana Mary Ann Walsh

Aquí quisiera levantar mi voz en apreciación al rosario, la oración rezamos cuando nos sentimos confundidos y estresados, cuando estamos esperando en la oficina del doctor, conduciendo de ida y vuelta al trabajo, demasiado distraídos para meditar, solos en la gran ciudad o sentados al lado de un moribundo e, incluso, cuando estamos a solas.

Yo rezo el rosario todos los días, así que no estoy mintiendo cuando le digo a la gente que estoy rezando por ellos. Yo quiero hacer algo más que decir “Dios, bendice a quienes yo les dije que iba a rezar por ellos”.

Como tengo tantos sobrinos y sobrinas y colegas jóvenes, rezo diariamente por las mujeres embarazadas y por los niños. Yo vivo en el área de Washington, donde hay mucho tráfico, así que también rezo para contrarrestar la conducta agresiva de los que manejan. Es mejor decir en voz alta “Santa María, Madre de Dios” que decir algo lamentable que quizás uno necesite confesar más adelante.

Los misterios del rosario me inspiran. Los Misterios Gozosos, la Anunciación, la Visitación, el Nacimiento, la Presentación del Señor y Jesús perdido y hallado en el templo, tienen mucho significado. Cuando rezo la Visitación, me voy en un viaje espiritual hacia la persona que me necesite y, como una especie de telepatía, les digo “No te rindas”.

En el cuarto misterio, la Presentación del Señor, pienso en los padres de familia que llevan cargados a sus bebés en la fila para la Comunión en la Misa. Y no es que no tengan con quien dejar a sus hijitos. El padre o la madre camina con orgullo y aprecia que el sacerdote le de la bendición a su niño o niña.

En los Misterios Dolorosos, uno tiene que darse ánimo y enfrentarlos en oración. Estos incluyen la Agonía en el huerto, la Flagelación en la columna, la Corona de espinas, Jesús cargando la cruz y la Crucifixión y muerte del Señor. Un amigo me dijo que meditar sobre el tercer misterio doloroso podría causar un dolor de cabeza. El cargar la cruz es familiar para aquellas personas que están enfrentando desafíos en su vida, por ejemplo, cuidando a padres ya ancianos o a un hijo con una enfermedad crónica, o lidiando con una situación difícil en el trabajo. Eso ayuda a unir el dolor que uno siente con el de Jesús.

Los Misterios Gloriosos celebran los momentos maravillosos de nuestra fe. La Resurrección, la Ascensión, la Venida del Espíritu Santo, la Asunción y la Coronación de María como Reina y Señora de todo lo creado. Mi favorito es la Venida del Espíritu Santo. Trato de imaginarme que estoy metida entre los apóstoles para que el Espíritu descienda sobre mí y me ayude a tomar decisiones sensatas. Cuando yo era joven, esto significaba elegir la respuesta correcta en un examen, pero ahora. . . .

El Papa Juan Pablo II sí que me sorprendió en el 2002 cuando introdujo los Misterios Luminosos. Estos celebran la vida pública de Jesús: Su Bautismo, la bodas de Caná, el Anuncio del Reino de Dios, la Transfiguración y la Institución de la Eucaristía. Yo necesito encontrar una manera fácil para ayudarme a recordarlos.

La leyenda dice que Santo Domingo le enseñó a la gente a rezar el rosario alrededor del año 1200. Otros dicen que sus raíces vienen de tiempos anteriores y que el rosario ayudó a los campesinos incultos a orar. Hoy podemos leer pero hemos cambiado la vida sencilla de los campesinos por una existencia agitada y llena de distracciones, donde a veces se nos hace difícil hasta pensar. Esta es una razón más para que el rosario, que nos conmueve más allá de las palabras, más allá de los pensamientos, hacia la presencia de Dios, aun tenga un lugar en nuestras vidas.