Por Don Clemmer
Los números pueden ser fríos e impersonales. Les falta la profundidad y la
tonalidad de las palabras y las ideas. "Me siento como si fuera un número,"
podría decir una persona luchando con un
sistema gigantesco o burocrático.
Pero los números también pueden ser inflexibles pues nos obligan a
enfrentarnos con realidades que nos pueden confundir, que son ineludibles y totalmente
indeseables. Los que han visto las cifras
saben que son irrefutables y ya no las pueden negar.
En el documento Formando
la Conciencia para ser Ciudadanos Fieles, los obispos también tratan seis áreas
que con frecuencia tienen realidades desagradables al igual que cifras
desagradables asociadas a ellas. Dicen
los obispos que estas son las cuestiones que, de manera especial, deben sopesar
en la conciencia
del votante católico:
El aborto
y las amenazas a la vida y a la dignidad de los vulnerables, los enfermos
y los no deseados
- Los
esfuerzos para obligar a que las organizaciones católicas de cuidado de
salud, educación y servicios sociales violen sus conciencias o dejen de
servir a los necesitados
- Esfuerzos para
dar una nueva definición a la institución del matrimonio
- Tratar la
crisis económica, el desempleo, la pobreza y el tema de la deuda de forma
que protejan a las personas pobres
- Un sistema
de inmigración que no funciona
- Cuestiones de tipo moral provocados por la guerra, el terror y la violencia, y la necesidad de paz, particularmente para el Oriente Medio
En los Estados Unidos cada una de estas áreas se acopla y tropieza a la vez
con diferentes persuasiones políticas y suposiciones culturales. Cada una de ellas puede ser exagerada o
racionalizada, como convenga a las preferencias políticas y culturales. Por eso los obispos hacen un llamado a los
católicos a formar sus conciencias, orando y reflexionando sobre las Sagradas Escrituras
y las enseñanzas católicas, y también estudiando estos temas.
Con respecto a este último punto es asombroso lo que pueden hacer unos
pocos números.
En cuando a vidas humanas inocentes perdidas, se estima que han ocurrido 53
millones de abortos desde su legalización por Roe v. Wade en 1973. También está el abrupto cero en la
cantidad de tratamientos de enfermedades "incurables" que se han
desarrollado con células madres cultivadas con embriones humanos que fueron
destruidos para poder obtenerlos. (En
cambio, se han realizado 73 tratamientos
en los que se han utilizado células madres que no causan daño al donante de célula.)
Con relación al tema de ofrecer a instituciones católicas la elección entre
violar sus conciencias o cerrar sus negocios, la cifra que más claramente
ilustra el impacto que esto ocasionaría en la sociedad es probablemente la de 1
de cada 6 personas que son hospitalizadas en los Estados Unidos cada año y que
reciben tratamiento en un hospital católico.
Analizando el cuidado ofrecido por las caridades católicas: se han ofrecido
servicios de viviendas a 497,732 personas; 38,829 servicios de adopción, 81,866 servicios por adicción;
93,542 servicios por embarazo, así como se han entregado 110,268 comidas
en hogares, y 1,420,492 de
personas han sido alimentadas en comedores de beneficencia.
Con relación a la promoción de los obispos en defensa del matrimonio, la estadística
más significativa es probablemente que el 27%
de los niños de Norteamérica provienen de familias con un solo padre o
madre, y que de estos el 62% son
niños pobres.
En cuanto a la pobreza, hay 16.2 millones de niños norteamericanos que
provienen de hogares que no pueden proveer de suficiente alimentación a todos
los miembros de la familia en algún momento del año. El promedio oficial de pobreza en Estados
Unidos es del 15.1 por ciento, que es el más alto de los últimos 17 años.
Y luego está el promedio de 10 meses que un desempleado o subempleado dedica
en buscar trabajo.
Hablando de la economía, están los $7 billones que los inmigrantes
indocumentados pagan al Seguro Social anualmente ya que se cree que entre el 50
al 75 por ciento de ellos contribuyen con impuestos federales, estatales y
locales.
Finalmente, en cuanto a justicia y paz internacional, el 90 por ciento de las personas que mueren o quedan mutiladas
por minas y explosivos son civiles. Además, entre el 30 y el 40 por ciento
de víctimas por minas son niños. Luego
está el 1 por ciento del presupuesto federal que es destinado a ayuda
internacional, o el 0.5 por ciento
que se emplea en asistencia a la pobreza. Hay 1,550 armas nucleares estratégicas
y 700 lanzacohetes en manos de Rusia y los Estados Unidos después de siete
años de la ratificación del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (New START
Treaty). Y están las más de 10,000
personas que murieron el año pasado en Egipto, Siria, Yemen, Irak y Bahréin
como resultado de la violencia.
Pronto los números comienzan a juntarse y ya solo cuentan parte de la
historia (como dice el refrán "Hay mentiras, mentiras malditas y estadísticas”).
Sin embargo, los asuntos planteados por
los obispos en su llamado
a la responsabilidad política tienen dimensiones humanas y estadísticas reales que por
consecuencia deberían provocar a los católicos a hacer su tarea y ajustar sus
conciencias.
(Fuentes por
párrafo: 1. Guttmacher Institute; USCCB Pro-Life Activities;
www.stemcellresearch.org; 2. Catholic Health Association; 3. Catholic Charities
USA report; 4. Marriage Unique for a Reason; 5. USDA; USCCB Justice, Peace and
Human Development; 6. USCCB Migration and Refugee Services; 7. USCCB Justice
Peace and Human Development; New York Times; The Economist; UNHCR; Base de
datos Iraq Body Count.)
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