Los Cincuenta Años Del Concilio: El Vaticano II y las Comunicaciones: Hablándole al Mundo
Bienvenidos a una de las series de los blogs sobre el Concilio Vaticano II. Cada nota examina uno de los 16 documentos producidos por los Padres del Concilio durante esa ocasión extraordinaria en la historia de la Iglesia. El Vaticano II, que unificó a los obispos del mundo, se fundó hace cincuenta años, el 11 de Octubre de 1962, en la Basílica de San Pedro.
(Photo courtesy of Catholic News Service) |
El decreto Inter Mirifica sobre las comunicaciones sociales, toma su nombre de las primeras palabras del documento en su versión en latín (que es la versión oficial), y que significa “entre los magníficos.” El documento reconoce el maravilloso poder de las comunicaciones en hacer el bien o el mal, y proclama su potencial, desde elevar el espíritu de la persona por medio de las artes, o mantenerlo informado por los medios noticiosos, así como proveerlo de las herramientas necesarias para la educación religiosa.
Debido a la gran expansión
en los medios de comunicación desde que el documento fue publicado en 1963, el
mensaje, aunque corto fue profético.
Habla de “la prensa, el cine, la radio, la televisión y todo lo
relacionado con esto” y “todo lo relacionado con esto” incluye el Internet,
Twitter, Facebook, YouTube, Pinterest, y cualquier otro tipo de comunicación
que esté ya en el horizonte o por venir en un futuro.
Inter Mirifica hablaba del
sentido de moralidad que debe guiar el uso de las comunicaciones. Decía también
que las personas tienen “el derecho” a la información, y que las noticias que
se comunican “deberían siempre ser veraces y completas, dentro de los límites
de la justicia y la caridad”, y que la
forma en que se comunican las noticias “debe ser correctas y decentes”. El Concilio explicó que “tanto en la búsqueda
de noticias como en reportarlas debe existir un respeto total por las leyes de
la moral y por los derechos y la dignidad legítima del hombre”. Hacía también
un llamamiento a las autoridades para que garantizaran la libertad de información,
describiéndola como “una libertad que es totalmente necesaria para el bienestar
de la sociedad contemporánea, especialmente cuando se trata de la libertad de
prensa”. Estas palabras conservan actualidad hoy cuando
el mundo de las noticias se enfrenta a todo, desde escuchas telefónicas hasta
manipulaciones de imágenes.
Inter Mirifica también señalaba el papel de otros medios de
comunicación como son las películas y el teatro para ayudar a las personas a
entender lo que es el mal, y así “revelar y glorificar las inmensas dimensiones
de la verdad y la bondad”. El decreto
hacía un llamamiento a “restringir la moral” en esas presentaciones “no fuera a
ser que hicieran daño en vez de beneficiar las almas”. Ofrecía a los productores una guía para tomar
decisiones sobre cuanta violencia se necesita para ilustrar un conflicto, o
cuanta intimidad sexual se debe mostrar para enfatizar unas relaciones.
Los Padres del Concilio
pidieron a las autoridades de la Iglesia que desarrollaran comunicaciones de
calidad dentro de su entorno. Comentaba
sobre las comunicaciones noticiosas, y decía que “se ha de promover una buena
prensa”, y que debe involucrar a los dirigentes de la Iglesia y al laicado. Urgía también a la Iglesia a formar a “críticos
de piezas literarias, películas, radio, televisión y demás” para que “situaran
las cuestiones morales en un contexto apropiado”.
En el Vaticano Inter Mirifica pidió el desarrollo de
dos cuestiones específicas para mejorar los medios de comunicación masivos. La primera era establecer el Consejo
Pontificio para las Comunicaciones Sociales, la oficina en el Vaticano que más
tarde, en 1971, desarrollaría la base de instrucciones pastorales conocida como
Communio
et Progressio (Comunión y Progreso) que trata sobre las relaciones con los
medios de comunicación públicos; y también la Aetatis Novae (Al llegar la Nueva Era), del 1992, que evalúa los retos consustanciales que
presenta el desarrollo moderno de las comunicaciones. Inter Mirifica también
pedía que todos los años se celebrara un Día Mundial de las Comunicaciones, que
recordaría a las iglesias celebrar las
comunicaciones en sus localidades. Desde
entonces, el Vaticano ha utilizado esta ocasión para desarrollar tópicos de
actualidad como son la ética en la publicidad, la pornografía y la era digital.
Inter Mirifica presentó un
reto que aún encara la Iglesia al reconocer la dificultad y los costos
necesarios para ofrecer comunicaciones de calidad, pero declaró también que
este trabajo es imperativo ya que es un asunto sobre la espiritualidad de la
humanidad.
Los Padres del Concilio apuntaron que “es bastante indecoroso para los hijos de la Iglesia que por inercia permitan que el mensaje de salvación se frustre o detenga por toparnos con demoras técnicas o por gastos, por muy grandes que estos sean, y que son intrínsecos a las comunicaciones”. Todavía hoy tenemos este reto.
John Wester es
Obispo de Salt Lake City, y preside el Comité de Comunicaciones de la
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.
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