Por Brendan Bartlett, Diacono Transicional, Diócesis de Arlington
Cuando la gente escucha que antes de entrar al seminario yo fui un agente federal, la reacción frecuentemente es “Ese es un gran cambio!” Inicialmente, estaba de acuerdo con ellos, pero ahora, justo antes de mi ordenación como sacerdote – encuentro que el sacerdocio y el orden público pueden parecerse, ya que ambos consisten en servir a otros y sacrificio propio por el bien común.
Mi visión del sacerdocio ha sido formado, primeramente por el ejemplo de buenos y santos sacerdotes sostenidos por una vida en profunda oración, quienes mostraron servicio y sacrificios propios en abundancia. Aprendemos lo que significa ser “otro Cristo” en nuestra formación teológica y espiritual, pero el ejemplo práctico de esos sacerdotes que conocemos, o de cuyas historias escuchamos, proveen un modelo concreto en comparación a ejemplos abstractos que a veces vemos.
Espero también ser un hombre dedicado al servicio, al sacrifico y a la oración en los años venideros. Tras ocho años de formación, estoy ansioso de estar en una parroquia y hacer las cosas para las que me he estado preparando, especialmente ofrecer la Misa y ser un vehículo de la misericordia de Dios en el confesionario. Me he beneficiado de estas dos fuentes de gracia y espero llevarlas a otros. Continuar predicando la palabra de Dios es otra de mis prioridades. Este Año de la Fe, que lanza la Nueva Evangelización, me ha demostrado lo ansiosa que esta la gente por buena catequesis y por predicaciones que presenten retos.
He tenido varias asignaciones en parroquias de mi diócesis, pero mi asignación apostólica en la Base de la Marina en Nápoles, Italia, ha sido una bendición particular. La base tiene una parroquia estadounidense activa y un capellán de tiempo completo. Con algunos compañeros seminaristas vamos una vez al mes a asistir con la Misa, catequesis y el Rito de Iniciación Cristiana para Adultos. Permanecemos en la base con algunas familias que abren sus hogares y que constantemente nos impresionan con su fe y dedicación en su servicio y sacrificio personal.
Es muy pronto para decir como será mi ministerio como sacerdote, actualmente estoy cursando el primer año de estudios en derecho canónico. El plan es ordenarme en Junio y ser asignado a una parroquia. Después de tres años, completaré mis estudios en Derecho Canónico. Pero en lo que considero que es uno de los aspectos más fascinantes del sacerdocio, es que cualquier cosa puede pasar. He prometido obediencia a mi obispo, y serviré a su disposición, a donde quiera que ese camino me lleve.
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